Hay noches en las que invoco tu nombre
Cuando mi cuerpo desnudo tiembla bajo mis sabanas.
Hay noches en las que siento tu cuerpo junto al mío
y nuestra calidez hace que el frió de la noche
desaparezca
dando paso al sofocante calor de una noche de
verano.
Hay noches en las que mis labios buscan tus labios
y el vaivén de nuestros navíos perpetúan un amor
que nació entre los versos de un poema,
escrito como salmo que ha de santificar un amor
Que nació conjurado por la ausencia.
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